domingo, 8 de agosto de 2010

Pura Tasca. Pura calidad

Un sitio que me habían comentado, me habían recomendado, me habían puesto los dientes largo, me habían puesto a salivar. Un lugar a donde merecer ir a peregrinar, sobre todo por que la recompensa desde el punto de vista gastronómico vale la pena.

En la calle Numancia 5 está Pura Tasca, ojo y antes que nada. Las calles de Triana las han puesto TODAS en sentido contrario, dicho esto, seguimos. Aprovechando que esta ciudad se vacía en verano, y es posible disfrutarla sin agobios, nos diriguimos cual peregrino al sitio en cuestión.

En primer lugar es un sitio que no destaca por su decoración. Es un típico bar trianero con matices modernos, paredes pintadas en pintura de pizarra para colocar la carta, lista de vinos, tapas frías, tapas caliente y recomendaciones varias. Muy correcta la sala y mucho más la atención.

Hay detalles que marcan diferencias. La cocina abierta deja ver la frescura de los productos con los que trabajan, las técnicas que emplean, la perfecta sincronización que tienen al ordenar, preparar y sacar los platos. Usan tu nombre para remplazar la insípida frase, "Calamares para la 3" por "Calamares para Ray", un detalle que me llamó la atención gratamente. Luego el Jefe de cocina se acerca a tu mesa y te da la bienvenida, punto positivo, odio los sitios donde el encargado pone esa cara tan típica de "a que han venido, por que estamos ocupados". Por último, algo a destacar es que el personal de sala debe conocer la carta, saber explicar que es cada plato, incluso saber como se prepara y sus ingredientes. Un detalle menor que siempre, siempre puede corregirse con una sonrisa amable y humildad.

No pude probar los vinos que tienen, al andar motorizado, pero la carta de vinos se veía balanceada. Quizás por los tiempos calurosos, eche en falta una mayor presencia de blancos en la lista.

A la comida, que como sabemos da título a este blog. Todo por desgracia no lo pudimos probar pero lo que si, estuvo delicioso. Comenzamos.

Foie con chutney de manzana y pan de 7 especies: El foie como siempre un acierto, pero quizás yo lo sirviese pasado por plancha. El chutney de manzana correcto, un chutney es para simplificar una confitura de fruta que no lleva azúcar añadida (o al menos como otras preparaciones) y se dejan los trozos de fruta enteros pero bien cocinados. El pan fue una de las mejores experiencias que he tenido en mucho tiempo. El sabor me transportó directamente a mi querida Venezuela al recordar inmediatamente la "Torta Negra", la combinación de las especies, la melaza en la parte superior, es un gran acierto por parte de la cocina, que no solo hacen pan, sino que logran levantar sensaciones con los sabores. Para los no aficionados a la gastronomía venezolana, la torta negra se prepara en diciembre y requiere macerar los frutos secos en licor añejo, de aquí que los sabores sean similares, y luego una preparación bastante difícil para los menos expertos.

Queso Pajarete con confitura de membrillo: Queso artesano de la sierra de Cádiz, específicamente de Grazalema. Servido sobre papel de estraza junto con una confitura de membrillo. El sabor muy bueno pero la presentación sinceramente mejorable.

Fideos con pato: Fideos de arroz macerados en soja y luego cocidos con verduras varias cortadas en julianas, se corona el plato con unos filetes de magret de pato. Los fideos al primer bocado estaban ligeramente salados, pero luego re-saboreando, pude detectar que realmente no es sal, es el sabor a soja intenso que tienen, al cual nosotros los occidentales no estamos tan acostumbrados. Igualmente la soja que se puede conseguir por estos lares, no es ni de lejos las buenas salsas que puedes conseguir en los países asiáticos. El pato estaba muy a mi pesar un poco seco, la carne de pasto es muy magra, a pesar que la recubre un buen trozo de grasa.
Arroz meloso y su carabinero: Arroz meloso con una carabinero a la plancha. El arroz meloso es una especie de risotto aglutinado con crema de leche. De sabor estaba muy rico, pero el arroz estaba ligeramente pasado, muy blanco para mi gusto. Es un inconveniente que tiene el servir arroz que se debe precocinar con antelación, ya en otra entrada hable sobre el risotto de los restaurante. El carabinero estaba en su punto. La carne estaba perfectamente cocinado. Punto positivo para la cocina.

Bacalao y pilil de boletus: El bacalao confitado y perfectamente desalado, junto con un pilpil de boletus muy bueno. Quizás lo único que cambiaría serían las chips de ajo que acompañan al pescado. No creo que complementen los sabores del plato, daban un cierto amargor al plato. A pesar de ello, plato recomendable.

Pulpo frito: Ya para terminar, pedimos un pulpo frito, que estaba cocinado y frito en su punto. Lo acompaña unas verduras en tempura al punto justo, crucientes por fuera, suaves y mordientes por igual.

Un sitio que no defrauda, que te atienden bien, que comes muy bien, y que la gente suele abarrotar.

Su nota, 3 estrellas y media

miércoles, 4 de agosto de 2010

KAEDE, un japo bueno, ¡ir que se está fresco!

Si lo sé, estoy un poco vago en escribir por que a este sitio fui el sábado pasado, pero el verano que me encanta me permite descansar cuerpo y mente, sobre todo lo último.

En la herencia del Japo del Alfonso XIII, natural, es el mismo que se ha expandido y mudado sus bártulos a otros sitios. En hora buena por que el sitio y la gente que lo llevaba y lo lleva en la actualidad han tenido bastante éxito y según mi opinión la tendrán.

El sitio de la Calle San Juan de Ribera, el restaurante esta bien decorado, quizás las mesas un poco juntas para mi gusto pero ya me conocen soy poco sociable, o al menos no quiero tener al siguiente comensal codeandome durante toda mi comida.

La carta está bien balanceada en cuanto a platos, la variedad es amplia y justa. Tienen una lista de sushis, makisushis, entrantes he incluso postres.

Ordenamos una tanda de sushis que resultaron ser nigiris (pieza de pescado crudo sobre un rectángulo de arroz), y me sorprende este detalle por que el Jefe de cocina y de sala son japoneses con una amplia cultura gastronómica. Quizás la respuesta sea más sencilla, si está bueno que mas da el nombre. Teoría por la que me inclino sin dudarlo. Al lió, "sushi" de atún rojo, salmón, dorada y rodaballo. Todo impecablemente presentado, todos de igual tamaño, tanto del arroz como del pescado, una técnica de cuchillo perfecto. Un sabor de arroz en su punto justo de dulce (si el arroz de sushi debe ser dulce), no por nada sushi significa arroz dulce. Los pescados crudos tremendamente frescos, en algún momento que por fortuna olvidé fui a un japo de pescado des-congelado. El atún sublime por si solo y el rodaballo firme pero jugoso.

Pasando esta tanda, pedimos una tempura de verduras, tirando obviamente de costumbre. Estuvo correcta, con una sorpresa, buena por cierto, de incluir calabaza dulce dentro de las piezas de verduras. La tempura es un plato que por su simpleza debe preparase bien cada vez. De nuevo las verduras estaban cocidas en su punto. Sin embargo, un poco menos seria ideal para mi gusto.

Para terminar, ordenamos un tekka temaki de la lista de makisushi, que es un cono de algo nori con arroz y otras cosas. En nuestro caso fue atún rojo, aguacate y lechuga. Delicioso sin dudarlo, pero el trozo de atún era difícil de cortar con los dientes, agradecido del buen trozo de pescado pero mi corte era complicado de morder.

El postre, y sin dudarlo, al verlo en el menú. Helado frito. Es una bola de helado tremendamente frió que se impregna de una capa de "tempura de arroz" bastante mas gruesa y lo recubre y lo protege del aceite caliente. Al plato llega una bola frita con helado de vainilla, en mi caso, en el interior. Sin duda para repetir, la corteza tiene un ligero sabor que recuerda a los buñuelos, normal también se hacen con arroz.

Sin duda lo recomiendo. Iré de nuevo en un futuro cercano, por que quiero probar mas rolles y más sabores.

3 estrellas y media bien merecidas.